Cuando te robé aquel primer beso se sintió
como si hubiera esperado por ti durante toda mi vida,
luché contra muros y fantasmas de tu pasado,
contra las espinas que a tu alrededor se habían formado,
insistí aún después de haber sido empujado por ti,
y al final me gané tu confianza,
pero no fue suficiente...
Peleamos sin razón alguna
utilizando nuestras armas de juguete,
nos lastimamos una y otra vez hasta que nos desgastamos,
hasta que nos asfixiamos del dolor
y nos refugiamos en nosotros mismos,
aún así insistimos en quedarnos,
insistimos en volar,
pero no fue suficiente...
Me llevaste a la ciudad del cielo entre túneles y callejones,
en donde nos persiguieron y amenazaron,
en donde las cicatrices se forjaron,
me llevaste a la cima de las nubes,
al dragón en las estrellas,
al nido de tus sueños,
donde tejimos juntos nuestro hogar,
donde hicimos el amor sin parar,
pero no fue suficiente...
Y ahora me hundo rápidamente
entre recuerdos y fotografías,
en mi habitación repleta de ti,
estoy cayendo tan profundo de las estrellas,
perdiendo el equilibro a cada paso,
perdiendo mis sentidos
al saber que te alejé de mí,
al saber que no pude mantenerte aquí...
Veme aquí, sin rumbo ni salida,
sin nada más que la agonía,
le llegó la hora al perdedor,
le llegó la hora de llorar,
porque así tiene que ser,
así debo aprender,
que me equivoqué cuando te tuve,
que ya es tarde para todo,
que no lo intenté lo suficiente,
no lo intenté a tiempo,
y ya es hora de partir...
Me hundo rápidamente,
y espero seguir haciéndolo,
eres el lado derecho del karma,
el lado bueno del dolor,
y por alguna razón sigo volviendo a ti,
sigo volviendo por más...
