Contador de pecas

Lo recuerdo con claridad,
acostados sobre mi cama,
haciendo nada era de lo que más disfrutábamos,
me tomaste del brazo y me miraste con detenimiento,
fue ahí cuando me dijiste que contarías todas mis pecas,
luego imaginaste que quizá si las unías todas se dibujarían las estrellas,
tú me dibujabas estrellas...

Lo recuerdo bien, ¿tú no?
separados a tres metros de distancia en aquellas noches de peleas,
mirando al techo, imaginando que podía ver el cielo estrellado,
nunca te lo dije pero siempre me dolió dormir sabiendo que estábamos enfadados,
¿a ti no?
Era como vivir en una constante guerra seguida de treguas, seguidas de guerra,
tú eras mi guerra...

Lo recuerdo como si hubiese sido ayer,
tirados sobre los colchones en el calor de la noche,
tus padres en la otra habitación,
aún así no nos importó tenernos el uno para el otro entre jadeos y excitación,
porque todo contigo valía la pena el riesgo,
tú eras mi riesgo...

Lo recuerdo bien, ¿tú no?
la indecisión en la que vivimos los últimos meses,
te presioné tanto por que fueras tú el que dijera que se iba,
porque no quería ser yo el que te echara, no otra vez,
y es que cuando te tuve por primera vez entre mis brazos
se sintió como si hubiera esperado por ese momento durante toda mi vida,
¿lo sentiste igual?
Era ir en contra de mis propios principios, porque yo fui el que te alejó de mí,
porque no creía que merecía tenerte junto a mí,
tú siempre has sido para mí...

Mi contador de pecas