lunes, 7 de marzo de 2016

Volamos al cielo


Me devolviste las alas al cuello,
fuiste quien me regresó al vuelo,
contigo volé tan alto como para caminar en las nubes,
¿y qué hice yo?
Decidí que no sentía lo mismo por ti,
tú también lo dijiste, ¿recuerdas?
Que yo ya no era el mismo del que te habías enamorado,
que había cambiado...

Creí que no quería estar contigo,
que ya no te amaba,
que tonto fui.
Creí que buscaba deseo en otros cuerpos,
que necesitaba conocer más besos,
no me daba cuenta de lo mucho que extrañaría tus labios sobre los míos,
tu cuerpo encima del mío y tus sonrisas siempre sacando las mías...

Han pasado ya casi ocho meses desde que te empujé al borde del acantilado,
creí que te había enterrado para siempre
y el "para siempre" no duró más que la melancolía,
me pregunto, ¿ya habrás pasado de mí?
No es la primera vez que nos alejamos,
apuesto a que esta vez sí que lo has hecho,

yo ya estoy enterrado para ti,
ya debo haber muerto...

Tú me llevaste a la cima del dragón,
desde donde pudimos ver toda la ciudad de noche,
un café, una botana y una inolvidable cena,
¿y qué hice yo?
Te empujé al acantilado,
todo lo que tenía que haber hecho era quedarme contigo,
pero, ¿por qué tuve que haberme ido y haberte encerrado después?
Siento que ahora ya es demasiado tarde,
y pudo haber sido mucho más fácil,

si tan solo hubiera desmantelado la coraza que en esos momentos envolvía a mi corazón,
porque él siempre te vio con cariño,
era yo el que se negaba a aceptarlo,
y terminé por arruinarlo...

Esto se acabo,
nunca fue mi intención lastimarte,
soy un completo desastre
y la verdad es que no te merezco,
me he quedado sin tiempo
y sin segundas oportunidades,
pero conservaré las alas al cuello
y el bonito recuerdo de cuando viajamos
al cielo estrellado en el lomo del dragón,
contigo a mi lado...



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